"JUAN VALERA"
(A Quién debe darse Crédito)
(Cuentos y chascarrillos andaluces)
El mismo tío Pedro salió a abrir y se encontró cara a cara con su compadre Vicentico.
-Buenos días, compadre.
¿Qué buen viento le trae a usted por aquí?
¿Qué se le ofrece a usted?
-Pues nada...
¿Qué se le ofrece a usted?
-Pues nada...
confío en su amistad de usted...
y espero...
-Desembuche usted, compadre.
-La verdad, yo he podado los olivos, tengo en mi olivar lo menos cinco cargas de leña que quiero traerme a casa y...
vengo a que me empreste usted su burro.
vengo a que me empreste usted su burro.
-¡Cuánto lo siento, compadre! Parece que el demonio lo hace.
¡Qué maldita casualidad!
Esta mañana se fue mi chico a Córdoba, caballero en el burro.
Esta mañana se fue mi chico a Córdoba, caballero en el burro.
Si no fuera por esto podría usted contar con el burro como si fuese suyo propio.
Pero, qué diablos, el burro estará ya lo menos a cuatro leguas de aquí.
El pícaro del burro, que estaba en la caballeriza, se puso entonces a rebuznar con grandes bríos.
El que le pedía prestado dijo con enojo:
-No creía yo, tío Pedro, que usted fuese tan cicatero que para no hacerme este pequeño servicio, se valiese de un engaño.
El burro está en casa.
-Oiga usted, replicó el tío Pedro.
Quien aquí debe enojarse soy yo.
-¿Y por qué el enojo?
-Porque usted me quita el crédito y se lo da al burro.
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